Durante nuestro primer encuentro con esta talentosa cooperativa de artesanos, nos inspiramos de inmediato en su filosofía de tejido: representar la belleza de la naturaleza. Es un concepto simple, pero su ejecución de esta idea está llena de pasión e integridad. Cualquier color que no sea nativo de los paisajes naturales de Michoacán está prohibido. Los estratos de rojos, naranjas y marrones recuerdan las montañas polvorientas y los azules profundos del Océano Pacífico que abrazan la costa de México.
Para ejecutar esta visión, esta pequeña alianza ha establecido un entorno increíblemente comunal donde cada miembro es vital para todo el proceso. En el Estado de Michoacán las ovejas se esquilan tanto en marzo como en octubre proporcionando dos lotes de lana al año. La esquila de primavera proporciona lana que está seca, pero contiene semillas otoñales y rebabas que deben retirarse, mientras que la esquila de otoño proporciona lana que tiene menos pedacitos de semillas secas, pero más lodo seco de la temporada de lluvias de verano, que debe lavarse completamente. .
Por lo tanto, los primeros pasos después de esquilar las ovejas son seleccionar, lavar y cardar la lana. A continuación, se hila en marfil, marrón oscuro natural (tan negro como las ovejas en realidad) o en tonos de gris que se obtienen al mezclar el marfil y el negro natural. Cualquiera de estos se puede teñir con tintes vegetales o de anilina según el color que se necesite y la temporada. Un carpintero construye los telares, otros tiñen a mano los materiales y los maestros tejedores completan el diseño. De principio a fin, están comprometidos con la preservación de técnicas ancestrales nativas de la región. Desde que trabajamos juntos, hemos tenido la oportunidad de expandir sus capacidades de producción al asociarnos con talleres adicionales en el área. Con esta expansión, podemos traer más hermosos diseños de esta cooperativa.